domingo, 22 de noviembre de 2009

No a la seguridad (del sistema).

El hombre produce, distribuye y consume, así celebra su vida el hermano mayor del chimpancé o el hijo de Dios (como se prefiera). Produce, mediante maquinas, que lo dejan disponible para observar en forma pasiva o cuasi- activa (como en este caso) otras maquinas. Borra su cuerpo del acto de creación en un paradójico homenaje moderno a la divina concepción. Nadie transpira, a menos que una maquina produzca la sensación de desplazamiento, con el fin de que los huesos del cuerpo se hagan visibles. Y éste último se erige hoy, como el principal producto a distribuir. Así, se van tejiendo intercambios entre privados, pero cada uno desde su propiedad y sin compartir ni un centímetro de su territorio. Venden promiscuidad y no es más que un montón de reglas, manuales y leyes de cómo satisfacerse con el cuerpo (objeto) del otro. No hay mezcla, no hay fusión, no hay relación. Hay comercio, hay consumo.
El hombre se llena de habitaciones atiborradas de objetos, pasea en su propio museo domiciliario, se encierra en su propia tumba material y conoce a través de maquinas lo que sucede afuera. Desde allí, se informa que la calle es un escenario repleto de peligros. Pero el hombre moderno inventó una maquina que recupere ese mundo perdido, ese lugar donde se jugaba a la pelota, a la paleta o simplemente se corría, y atinadamente le llamó consola, que no llega a ser consuelo, pero sirve para ocupar el tiempo y las mentes. Ya no hay relación, no hay mezcla. Hay comercio, hay consumo.
Hace un tiempo, se discutía si la producción, la distribución y el consumo debían ser privados o públicos, pero nadie se preguntó qué sería de los hijos de Adán y Eva, o de los hermanos de Chita, sin producción, distribución, ni consumo. Aunque 20 años después con la caída, o demolición asistida, de un muro todo quedó en las manos de unos pocos y hoy ya ni se discute. Ya es realidad impuesta. Hoy, más aquí en el tiempo y el espacio, la farándula se ocupa de la inseguridad y la política del espectáculo.