lunes, 9 de marzo de 2009

Sangrienta pasividad.

Por estos días se escucharon números oficiales que prometían un país ideal, lejos del que se vive en la práctica। Números ordenados, país rico con pueblo pobre. Gobernadores-empresarios, presidentes-CEOS que manejan a la nación con la lógica de la ganancia, no existe la palabra gestión. Preocupación por los números, abandono del ser humano. Castigado ciudadano que no ve reflejado su tributo. Y está lógica enamorada de la estadística, que no tiene en cuenta las salvedades, refuerza una serie de discursos que promueven entre otras cosas el asesinato legal por parte del estado.
¿Será signo de esta democracia televisada, en la que se deja todo en manos de otros. Será que realmente nos comportamos como números, ofreciendo una cantidad de dinero por mes para que nos limpien, nos iluminen y nos protejan (o asesinen por nosotros)?. ¿Será que nos hemos transformado en un montón de pasivos que aguardan resoluciones mágica. Pero no se trata de volver a las cavernas, ni del ojo por ojo tan promocionado en estos días, por noventosas (con todo lo que eso significa) estrellas televisivas. Lo cierto es que, siquiera pensar en la pena capital es volver a las cavernas y por otro lado, no parece conveniente continuar en esta situación de inseguridad. Porque sea real o una simple sensación, afecta nuestros días, ya sea cada vez que alguien cruza de vereda cuando otro ser humano camina hacia su dirección o el despliegue policiaco que realiza cualquier vecino cada vez que entra su auto a la casa, hasta la brutalidad de cualquier (cualquier) asesinato. Sabido es que las soluciones sangrientas, efectistas y cortoplacistas no son realmente las que perduran. Seguramente las soluciones están en aquellas políticas a largo plazo, aquellas relacionadas con mayor educación, menor pobreza (cuidado. No se debe asimilar a ésta con la criminalidad), mayor trabajo, mejor salud. Pero lo preocupante es que nuestra pasividad no acelerará este proceso…y seguir esperando a que los números lo hagan es tan inocente como creer que la copa una vez llena, rebalsará…..